El Golpe de Estado sigue rondando en Santiago mucho más allá del relato de sus testigos o de las respectivas trincheras de papel. Son las huellas de balas de ese 11 de septiembre, que aún perduran en el centro como pequeñas y dispersas esculturas. Para el bien de los recuerdos permanecen fuera del alcance de los enemigos de la memoria. Basta romper la citadina costumbre de mirar hacia abajo, para que surjan a quemarropa las balas y la metralla. Cicatrices de nuestra más íntima guerra, desperdigadas por las cercanías de un Palacio de la Moneda ya remodelado un par de veces, conforme han pasado los años y se han asentado las ideas de quienes ganaron el decisivo gallito del poder. Fíjense bien: siempre pueden decirnos algo.
Paseo Bulnes (altura Eleuterio Ramírez)
Paseo Bulnes (alt. Eleuterio Ramírez)
Paseo Bulnes (altura Alonso Ovalle)
Paseo Bulnes esquina Alonso Ovalle
Paseo Bulnes esquina Alonso Ovalle (detalle)